El cáncer de páncreas es el más letal del mundo; solo un 5% de los pacientes sobreviven más de cinco años tras el diagnóstico, y el 75% no supera el primer año.
Cada día más de 1.000 personas son diagnosticadas en todo el mundo de cáncer de páncreas. De ellas, aproximadamente 985 morirán. Los síntomas son tan inespecíficos que entre el 80 y el 85% de los pacientes reciben un diagnóstico en fases avanzadas.
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Sensibilización frente al cáncer de páncreas
Por ello, la Coalición Mundial contra el Cáncer de Páncreas, formada por más de 60 organizaciones de 27 países de todos los continentes, impulsa la campaña “Exigir más”.
Su objetivo es reivindicar la lucha contra el cáncer de páncreas comenzando por un diagnostico precoz. Las investigaciones demuestran que los pacientes diagnosticados y operados a tiempo tienen más probabilidades de sobrevivir cinco años o más.
Esto, sumado a la agresividad de este tumor, a su rápido crecimiento y a su mal pronóstico hacen indispensable que la sociedad conozca los signos de alarma de este cáncer. “Los síntomas y los riesgos de la enfermedad pancreática pueden ser imprecisos y poco conocidos.”
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) es el octavo tumor con mayor incidencia en nuestro país por detrás de cáncer colorrectal, de próstata, de pulmón, de mama, de vejiga, de estómago y linfoma no Hodgkin. En España, la supervivencia relativa del cáncer de páncreas a los 5 años del diagnóstico es la más baja de todos los cánceres.
Prevención del cáncer de páncreas
Aunque actualmente no está claro por qué se produce este tumor y se estima que el 90% de los cánceres de páncreas no están asociados a ningún factor de riesgo, el conocimiento de los síntomas y las causas de este cáncer es de gran utilidad para reducir su incidencia y mejorar su índice de curación.
Factores de riesgo modificables
Entre los principales factores de riesgo modificables se encuentran los siguientes:
- Tabaquismo: el 25% de los pacientes con esta enfermedad son o han sido fumadores de cigarrillos durante un largo periodo.
- Obesidad: un 5,4% de los cánceres de páncreas en el mundo se atribuyen a la obesidad (6.286 casos).
- Otros hábitos de vida: hay indicios -aunque no resultados concluyentes- de que el alcoholismo y el consumo elevado de carne roja y procesada se asocian a un mayor riesgo de cáncer de páncreas.
Factores no modificables
Entre los factores innatos que influyen en la aparición del cáncer de páncreas se destacan:
- Genética: algunas mutaciones genéticas (en los genes KRAS, p53 y p16) se asocian con el cáncer de páncreas. Además, las mutaciones producidas en algunos genes (BRCA 2) relacionados con tipos concretos de cáncer de mama y ovario hereditarios también han demostrado jugar un papel en el desarrollo de algunos tipos de cáncer de páncreas. Por otra parte, algunos síndromes hereditarios raros por su frecuencia como la pancreatitis hereditaria o el síndrome de Peutz-Jeghers, entre otros, también se asocian a un aumento del riesgo de sufrir esta patología. También incrementa este riesgo tener familiares de primer o segundo grado de consanguineidad afectados por esta enfermedad (entre el 5 y el 10% de los cánceres tienen un componente familiar).
- Edad: el riesgo de diagnóstico de cáncer de páncreas se incrementa con la edad, siendo una afección diagnosticada, en su mayor parte, entre los 60 y los 80 años.
- Pancreatitis crónica: sufrir pancreatitis crónica durante varias décadas incrementa las probabilidades de desarrollar un adenocarcinoma pancreático, un riesgo que se eleva por el tabaquismo y la predisposición genética.
- Diabetes: se ha observado una relación entre el cáncer de páncreas y la diabetes, aunque es probable que en estos casos sea la diabetes una manifestación temprana del cáncer de páncreas y no un factor de predisposición
Atender a los síntomas también es fundamental para aumentar las probabilidades de curación. Hay que tener en cuenta que, a menudo, son imprecisos y se pueden confundir con los indicios de otras patologías menos graves y más comunes. Algunos de ellos son el dolor abdominal o en el medio de la espalda, la pérdida de peso inexplicable, la pérdida de apetito, náuseas, indigestión, principio de diabetes o ictericia (piel o conjuntiva ocular amarillenta).
Toda precaución es poca para tratar de evitar las previsiones que calculan que en 2030 la incidencia de este tipo de cáncer habrá aumentado un 40%.
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