La composición de nuestra microbiota intestinal está expuesta a constantes alteraciones. Cuando con ellas se produce un desequilibrio en la composición bacteriana, conocido como disbiosis intestinal, puede afectar a nuestra salud.
Se denomina eubiosis cuando nuestra microbiota está “normal” o en equilibrio, es decir, cuando nos podemos beneficiar de sus efectos sobre la salud a nivel metabólico, inmunitario, neuronal y de barrera protectora. Por eso es tan importante mantener una buena flora intestinal.
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Relación entre disbiosis y salud
La estrecha relación entre microbiota y salud es objeto de muchos estudios. En las últimas décadas ha habido un incremento significativo de personas con enfermedades autoinmunes, inflamación, alergias o ciertos tipos de cáncer relacionados con la disbiosis intestinal.
La disbiosis, o ese desequilibrio de nuestra microbiota intestinal, tiene lugar cuando hay un exceso de bacterias perjudiciales, una falta de bacterias indispensables o una alteración completa de nuestro ecosistema bacteriano.
Precisamente este ecosistema, constituido por miles de billones de microorganismos, es clave para nuestro sistema inmunológico. El tejido linfoide asociado al intestino (GALT) es la parte más extensa de nuestro sistema inmunitario y su acción defensiva es de las más potentes.
Además, en el intestino encontramos la mayor cantidad de células de nuestro organismo encargadas de producir anticuerpos. Los anticuerpos son proteínas utilizadas por el sistema inmune para identificar y neutralizar los elementos patógenos que llegan a nuestro organismo.
Tipos de disbiosis intestinal
Disbiosis intestinal por una mayor presencia de bacterias patógenas
En nuestra microbiota residen microorganismos con potencial patógeno que, en circunstancias normales, se mantienen bajo control. Cuando existe un problema se produce una expansión de las proteobacterias, en particular las de la familia enterobacteriaceae, entre las que se encuentra la E.coli o la Shigella.
Se ha comprobado en pruebas con animales que los que padecían colitis y enfermedad de Crohn tenían una microbiota con mayor presencia de bacterias patógenas. Esto nos muestra la relación existente entre el desarrollo de las enfermedades autoinmunes y el estado de nuestra comunidad microbiana intestinal.
Disbiosis intestinal por pérdida de bacterias beneficiosas
Las bacterias beneficiosas e indispensables cumplen funciones tan relevantes como la producción de ácidos grasos de cadena corta (SCFAs). Éstos ejercen una acción antinflamatoria mediante la reducción de la migración y proliferación de las células inmunes, reducen diferentes tipos de citoquinas y actúan induciendo la apoptosis.
Además, las bifidobacterias influyen positivamente en nuestro sistema inmunológico y protegen nuestra barrera intestinal. Por lo que la pérdida de estos microorganismos beneficiosos intestinales, donde influyen los hábitos de vida y la alimentación, puede afectar negativamente a nuestra salud.
Disbiosis intestinal por pérdida de diversidad
Tener una mayor diversidad de los microrganismos que habitan en nuestra microbiota también nos influye, ya que se traduce en más beneficios para el huésped, es decir, para nosotros, según todos los estudios. Se ha demostrado, por ejemplo, que los niños con menor diversidad microbiana intestinal presentan una mayor susceptibilidad a sufrir alergias o asma.
Consecuencias de la disbiosis intestinal
Sin saber si realmente es la causa o la consecuencia, la disbiosis intestinal puede contribuir al desarrollo o empeoramiento de muchas enfermedades, como ya hemos avanzado en la categoría de Microbiología de este blog.
Y eso ocurre, principalmente, porque nuestro sistema inmune estará más débil, la barrera intestinal menos protegida y se producirán menos ácidos grasos de cadena corta. Esto se traduce en un empeoramiento de la salud y en un mayor riesgo de sufrir enfermedades crónicas.
Es a largo plazo donde la mala salud del intestino tiene sus peores consecuencias. La imposibilidad de absorber adecuadamente los nutrientes de lo que comemos resulta en envejecimiento prematuro, fatiga crónica e inflamación.
Entre las enfermedades relacionadas con la disbiosis podríamos citar las inflamatorias intestinales, cáncer colorrectal, otras enfermedades hepáticas y alergias, y afecciones relacionadas con la nutrición como la obesidad, la diabetes de tipo dos y la celiaquía. Así como fibromialgia, migrañas, artritis reumatoide…
Atendiendo al eje microbiota-intestino-cerebro, podría provocar depresión, ansiedad y autismo. Incluso, la disbiosis podría ser el origen de enfermedades neurológicas como esclerosis múltiple, hiperactividad, Parkinson o Alzheimer. Todavía no es un hecho probado, podría suponer un gran avance en la lucha de estos trastornos.
Causas de la disbiosis intestinal
Como la mayoría de trastornos, la disbiosis intestinal es de origen multifactorial. No seguir una dieta sana y equilibrada, tener malos hábitos de vida como el sedentarismo o el consumo de tabaco y el alcohol y el mal uso de los antibióticos son las principales causas.
En cuanto a la alimentación, la baja ingesta de frutas y verduras puede provocar disbiosis, porque dejamos de ingerir polifenoles que tienen una función antioxidante. También la baja ingestade fibrapuede provocarla, ya que ésta favorece el crecimiento y actividad de las bacterias beneficiosas.
La alta ingesta de proteína de origen animal puede deteriorar el estado de nuestra microbiota. La carne roja y la carne procesada ejercen una acción inflamatoria y carcinogénica, que promueve la disfunción de nuestra barrera intestinal, el daño en el ADN y, además, tiene un efecto genotóxico.
Las personas con obesidad y sobrepeso presentan una microbiota alterada por lo que mantener un peso saludable es clave para evitar la disbiosis. Así mismo, ésta puede provocar un desequilibrio de la homeostasis energética que conlleve a una ganancia de peso y obesidad.
La automedicación o la ingesta excesiva de antibióticos altera la microbiota y la resistencia de nuestras bacterias. Es decir, las bacterias patógenas mutan en respuesta al uso de estos fármacos lo que ocasiona que las infecciones sean más letales. Los antibióticos salvan vidas pero únicamente hay que tomarlos cuando hacen falta.
Cómo recuperar el equilibrio en la microbiota intestinal
Si una de las causas es la ausencia de una dieta sana y equilibrada, una de las maneras de recuperar el equilibrio en la microbiota intestinal es contar con una buena alimentación.
Como ya indicamos en posts anteriores, mantener tu microbiota intestinal es posible gracias a la ingesta de alimentos de origen vegetal, alimentos con fibra y a los alimentos probióticos y prebióticos podremos garantizar cambios en nuestra microbiota y beneficios en el mantenimiento de nuestra salud.
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